El otro día llegó a mi conocimiento la noticia de una mujer holandesa que dispuso que cuando muriera su cuerpo fuese donado a la Ciencia. Hasta aquí la noticia parece algo mas o menos banal, pero lo que destaca de esta mujer es que ha muerto hace unos días a los 115 años de edad.Los científicos aprovecharon para analizar su genoma tratando de encontrar la clave de su longevidad.... y la encontraron. Resulta que las células de esta mujer habían llegado a ser sometidas a más de 400 mutaciones pero la mayoría de estas habían sido benignas, es decir, que no le habían causado apenas daño.
Esta noticia me planteó el siguiente dilema ¿ Hasta qué punto merece la pena vivir más años?. Hay muchas ocasiones en los que para alargar la vida del paciente se le somete a cualquier tipo de tratamiento a se le conecta a cualquier tipo de máquina con tal de que el paciente viva un poco más. En la mayoría de este tipo de situaciones lo único que se consigue es alargar el sufrimiento del paciente lo cual se conoce con el nombre de ensañamiento terapéutico o también encarnizamiento terapéutico.
En mi opinión si un tratamiento no le garantiza una calidad de vida "decente" al paciente no merece la pena ya que sino caeríamos en el ensañamiento terapéutico por lo tanto el fin no justifica los medios ya que para alcanzar el objetivo de alargar un poco el tiempo de vida del paciente se sacrifica la calidad de vida del paciente al conectarlo a máquinas que "viven" por él.
Por último aquí os dejo el link de la noticia por si os interesa leerla:
http://www.infosalus.com/salud-bienestar/noticia-hallan-cientos-mutaciones-geneticas-saludables-sangre-centenaria-20140424111109.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario